Creo que todos tenemos claro, lo que significa PASCUA, pero recordemos… es el sacrificio sustitutivo de Jesús y del origen de pesaj, palabra hebrea que nos habla de saltar, pasar por alto o evitar.
Eso fue lo que ocurrió cuando Dios se salto y pasó de largo las casas de aquellos que habían marcado los dinteles de sus puertas con la sangre del cordero ofrecido en sacrificio, para que sus primogénitos no muriesen en la décima plaga de Egipto.
Les quiero proponer que hagamos una especie de ejercicio inverso y mirándonos al espejo nos preguntemos como cristianos: ¿nos estaremos pasando “algo” por alto en una fecha como esta?
No pasemos por alto la oportunidad
En Semana Santa Uds. y yo estamos lo que llamo en “temporada alta”. Para nada estoy juzgando mal a quienes se toman unas vacaciones. Si puedes hacerlo y lo necesitas, bienvenido sea el descanso, pero lo que no debería ocurrir es que todas las “PASCUAS” sean así.
Aprovechar la temporada alta implica, más que nunca, ADORAR al que merece gloria, afirmar nuestra gratitud y FE, tenemos también que darle a la gente más respuestas para que puedan darle forma un poco más concreta a la borrosa imagen que tienen del por qué y el para qué de la Pascua.
No pasemos por alto la necesidad
En épocas de post-cristianismo donde poco a poco seguimos girando hacia una sociedad que ya no necesariamente conoce al cristianismo y sus fundamentos como los conocía hace 30 años, la Pascua nos da la oportunidad de afirmar a Cristo, en cada pariente, en cada amigo.
No demos por sabido lo que a nosotros nos parece obvio. Recuerda: probablemente sepan solo el título, pero no mucho más que eso. Lo cual lejos de ser una desventaja puede terminar aprovechándose como una gran oportunidad, ¿Cuántos tenemos (y tienen ahí afuera) hambre de Dios?
Menos, es más. Necesitamos una conversación amena y entendible, una enseñanza profunda sobre el propósito de la cruz, y de la resurrección... esto y mas viviremos en esta SS 24.
Que esta PASCUA, por un lado, podamos recordar lo que Dios pasó por alto en nuestro beneficio eterno, y por el otro, logremos no pasar por alto ESE GRAN AMOR, que recibimos por Su gracia... y que fuimos llamados a dar a esta generación en esta sociedad actual en la que Dios nos puso.
Tenemos una agenda maravillosa, en la Iglesia, invitemos a nuestra familia, amigos, y juntos, vengamos a celebrar “que El vive”
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