Las 3 "E"

Cuando un año comienza, surge en nosotros una nueva esperanza por los cambios que vendrán.

Se asoman nuevas responsabilidades y por nuestra mente empiezan a desfilar nuevos retos, los cuales esperamos poder afrontar con éxito a lo largo del año.

 A medida que el año va transcurriendo solemos ver cómo Dios responde nuestras oraciones, oraciones alineadas a sus planes y cumple muchas de esas metas y hasta incluso sobrepasa nuestras necesidades.

Pero por otro lado observamos también cómo otros sueños siguen todavía pendientes, lo que genera en nosotros muchas preguntas, como, por ejemplo: ¿Por qué no se cumplen? ¿Acaso no es tiempo? ¿Estará Dios de acuerdo con ese sueño? ¿Será algo bueno para mi vida? Y acompañando esas preguntas surgen otras del estilo: ¿Cuándo cumplirá Dios esta promesa o este sueño? ¿Será hoy? ¿Quizás dentro de unos meses? ¿O Dios me está haciendo sufrir un poco?

Imagina que Dios te hiciera estas dos preguntas y respóndelas en tu mente:

1.- ¿Dejaste tus sueños y metas en mis manos para hacer mi voluntad?

2.- ¿Cuándo vas a dejar que sea yo Él que decida por ti?

Reflexiona en eso y déjenme decirles algo: Dios no es deudor de nadie, Él cumple sus promesas conforme a su voluntad. Dios te ha llamado a vivir una historia de poder (esto lo glorifica a Él, esto da un testimonio de su Fidelidad)

Quiero compartir contigo 3 palabras que inician con la letra E.

1.      ESFUERZO.

Proverbios 14:23 NBV dice: “El trabajo produce ganancia; pero el hablar mucho y no hacer nada, empobrece”.

Muchas personas inician el año, débiles y sin fuerzas. La Biblia dice que todo esfuerzo trae su recompensa. El problema es que a muchos sólo les gusta escuchar que recibirán recompensa, pero no les gusta oír que para llegar a ella se tienen que esforzar. Alguien podría decir: “yo me siento cansado, sin fuerzas y desanimado”, pero mira lo que dice Isaías 40:29 NBV: “El da fuerzas al cansado y extenuado, y vigor al débil”.

Si estás leyendo este BLOG es porque Dios quiere darte ánimo y nuevas fuerzas. Hubo una mujer en la Biblia que podía estar sin fuerzas y desanimada por todo lo que los médicos le dijeron durante doce años, pero ella no les creyó. Ella se esforzó en llegar a Jesús, y aun cuando le vio…, llego hasta Él y obtuvo su milagro por fe. Esta historia es como pocas, porque refleja que uno mismo puede ser parte activa de su milagro, en equipo con nuestro Señor. Los animo a imitar esta hermosa acción de esta mujer.

2.       ENTUSIASMO

Nehemías nos da la segunda “E” y nos enseña cómo el pueblo de Israel no solo se esforzó y trabajó, sino que lo hizo con entusiasmo (Nehemías 4:6 NBV). "Por fin se completó la muralla alrededor de toda la ciudad hasta la mitad de su altura, porque el pueblo había trabajado con entusiasmo"

Es decir que el entusiasmo es para nosotros como la gasolina para un auto.

Seguiremos avanzando hasta que haya entusiasmo. Muchos han dejado de dar y servir porque simplemente han perdido el entusiasmo (entusiasmo que nace de un corazón confiado en Dios y sus promesas)

No dejes que el desánimo atrape tu vida y que la costumbre a la rutina te encarcele. Vivamos con entusiasmo, reflejando que nuestra motivación no nace en nosotros, sino de oír a Dios.

3.      EXPECTATIVA.

(Lucas 3:15 NBV).

"Todos esperaban que el Mesías viniera pronto, y tenían muchas ganas de saber si Juan era el Mesías."

En los tiempos de Jesús, la gente tenía una gran expectativa acerca de quién sería el Salvador, por eso se preguntaban si Juan El Bautista sería el elegido.

Es interesante notar que ellos tenían expectativa de un Salvador y eso fue lo que Dios les envió. Nuestra expectativa debe estar ecualizada a la voluntad de Dios y no a nuestra lógica.

El pueblo pensaba que su Salvador, seria al estilo de Josué, o Gedeón, con armas, y en batalla contra los opresores romanos, pero Dios tenía otro plan, que no lesionaba la promesa, pero que si mostraba su poder.

La expectativa anticipa las promesas de Dios. La expectativa es sin duda, una de las llaves que Dios nos ha dado para empezar el año con puertas abiertas.

Muchas personas no reciben nada simplemente porque no esperan nada, y muchos no esperan nada por temor a sentirse decepcionados, estas personas no somos nosotros, porque somos coherederos de una gracia diferente, llamados a vivir una vida distinta.

Digamos juntos, MI CASA Y YO… ¿acaso hay alguien de tu familia, imposible para Dios?

Bienvenidos al Año del Espíritu Santo y la Familia.