Cuando terminaron de desayunar, Jesús le preguntó a Simón Pedro:
—Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? —Sí, Señor, tú sabes que te quiero —contestó Pedro. —Apacienta mis corderos —le dijo Jesús». – Juan 21:15 –
¡Nos encanta ver películas! Pero a Mirta sobre todo, aquellas basadas en hechos de la vida real, esas que empiezan con una escena profunda o explosiva, con un fuerte desenlace, un final feliz o dramático; aquellas en las que, apenas nos introducimos en la historia, no podemos creer que ya nos muestren lo que se supone que esperábamos o no.
Pero luego hay un suave corte en la escena y con un texto y una voz suave nos dicen «70 años antes» o «30 años atrás», dependiendo del caso; vemos el desenlace, pero no la historia o el proceso para llegar hasta ese punto.
Si estuviéramos observando una película de la vida de Pedro, creo que este versículo de Juan 21:15 sería la escena con la que comenzaría la historia: un amanecer, el despuntar del alba, una fogata humeante, peces y el olor a pan recién hecho
Para adentrarnos y dimensionar el significado de estas palabras, tendríamos que remontarnos al inicio de la historia de la vida de Pedro y su primer encuentro con Jesús:
“Tres años antes…”
Cuando Jesús y Pedro tuvieron uno de sus primeros encuentros, Pedro y sus compañeros habían estado toda la noche tratando de pescar y no habían tenido éxito.
Jesús, un carpintero de profesión, les dio instrucciones y gracias a ellas realizaron una gran pesca (parece que, aunque Pedro era un gran pescador no le iba muy bien últimamente, como podemos leer en Lucas 5:1-11).
Luego de un tiempo de amistad, hay registros bíblicos que dejan entrever que Pedro tuvo la brillante oportunidad de demostrar que utilizaba muy bien sus palabras en los momentos exactos, amagando con convertirse en un gran predicador. Pero no fue así: él normalmente hablaba y actuaba antes de pensar algo que pasa en muchos… (Marcos 8:32-33).
Uno podría imaginarse a un Pedro fornido, con grandes aptitudes físicas, un gran atleta, pero tampoco era el caso, ya que cuando él y Juan se enteraron de la resurrección «ambos fueron corriendo, pero como el otro discípulo corría más aprisa que Pedro, llegó primero al sepulcro» (Juan 20:4).
Jesús empezó a trabajar con Simón y le dijo: «Tú serás Pedro». Pedro tenía algunas actitudes que debían ser tratada... Lo que ocurrió con él puede suceder contigo.
Aun así, Jesús lo incluyó en su círculo íntimo de amigos, y en los tres años de ministerio de Jesús, Pedro fue uno de los que más compartió con él. Cuando llegó el momento crucial en el que Pedro debía demostrar su lealtad y la fortaleza de su amistad, se desmoronó, dejando que el viento se llevara sus palabras y negó a Jesús, traicionándolo y abandonándolo ante una situación que ameritaba que él estuviese al lado de su Maestro.
¿Quién no ha tenido episodios similares a los que vivió Pedro? ¿Qué pasa cuando haces tu mejor esfuerzo y el resultado es el peor? Estamos seguros de que más de una vez te ha pasado. En la vida de Pedro esto estaba volviéndose una constante.
Luego de la crucifixión y muerte de Jesús empezó un nuevo amanecer en la vida de Pedro, ya que la mañana de la resurrección venía cargada con un montón de sorpresas inesperadas. Así como con él, también puede surgir una nueva oportunidad que cambie el relato de nuestras últimas temporadas.
En el ámbito artístico, se conoce como boceto a la serie de líneas o trazos que se realizan con el fin de establecer la apariencia general de (por eje) una pintura. Este concepto también es aplicado para otras expresiones artísticas como la escultura y la literatura, aunque en esta última es preferiblemente llamado «borrador».
De igual forma, el boceto puede ser la planificación o plan de acción que conlleva un proyecto.
Esa mañana, una conversación empezó a trazar un nuevo boceto de lo que sería la vida de Pedro; esos nuevos trazados indicaban que su pasado (por eje 2023) no definiría su presente (2024) y mucho menos condicionaría su futuro (2025…).
Lo que había vivido hasta ese momento era apenas un primer boceto de lo que sería su vida. El proceso creativo apenas iniciaba, y en nuestras vidas puede ó más bien debe ser igual. No te apresures en juzgar tu historia, puede que sea apenas el primer borrador. A veces, lo bueno que viviremos recién empieza donde creemos que todo llegó a su fin.
Amada Familia, Dios en su gran amor, nos permite a todos, estar “aquí” te invito a borrar y empezar, a escribir, pero esta vez con la tinta de Dios, el año del Espíritu Santo y la Familia, y que tu puedas decir hoy con suficiente Fe, “Mi casa y yo…”
Les invitamos a todos, a vivir juntos, este maravilloso proceso de ver milagros en la vida de todos los miembros de nuestra Familia.
Lee Eclesiastés 7:10 y MEDITALO por favor.
Muy y bendecido año Nuevo,
TG
댓글