Dios nos guía / 24 Dic

Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. MATEO 1:20

La mente humana tiene dos grandes capacidades: la memoria y la imaginación.

Cuando debemos tomar decisiones o enfrentamos una crisis, solemos recurrir a la imaginación, y sin darnos cuenta, nos imaginamos lo peor. En nuestra verso bíblico de hoy, leemos que José se enteró que María, su comprometida, estaba embarazada. Se nos dice que José era un hombre íntegro, y la noticia del embarazo de María generó una profunda tensión en su corazón. Él no quería hacerle daño pues si dejaba a María, ella sería apedreada. Sin embargo, por su bienestar, pensó en dejarla en secreto.

En medio de este dilema, Dios intervino. Se le apareció a José en sueños, por medio de un ángel, y le aclaró lo que estaba ocurriendo. El ángel lo llamó por su nombre y lo identificó como descendiente de David. Esto nos enseña que Dios se dirige a nosotros personalmente, reconociendo nuestra identidad, ya que somos únicos a Sus ojos. Cada uno de nosotros lucha con situaciones particulares y Dios las conoce. 

El ángel le dice que no tema recibir a María, pues su embarazo es obra del Espíritu Santo. Esta aclaración trajo alivio a toda preocupación e incertidumbre. Cuando entendemos el obrar de Dios y Su propósito sentimos paz porque Él nos ayuda a renovar nuestra mente. También, el ángel le da detalles sobre el nombre del Hijo: Jesús, porque el salvará a Su pueblo de sus pecados. Y, por último, José, al recibir esta revelación, obedeció y tomó a María como su esposa.

Si hoy enfrentas una situación que no comprendes, recuerda que Él te conoce por tu nombre, entiende tus luchas, y quiere guiarte en amor y verdad. Tengamos una actitud como José, y no tengo duda que Dios hablara a tu corazón.

Señor, ayúdame cuando enfrento disyuntivas en mi vida.  Ilumina mi mente para comprender tus propósitos. Amén.