Un corazón como el de María / 22Dic
- TG iglesia
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Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. LUCAS 1:46-47

El contexto de nuestra lectura es la visita de María a Elizabeth, la madre de Juan el Bautista (Luc. 1:39-45).
Elizabeth guiada por el Espíritu Santo, comparte unas palabras a María, la cual responde con acción de gracias alabando a Dios por varias razones.
Dios ha mostrado Su gracia hacia María, viendo su corazón, y actitud humilde. María reconoce que el Señor la ha tomado en cuenta eligiéndola para llevar en su vientre a Jesús, el Hijo del Altísimo. También, María reconoce su propia sencillez llamándose a sí misma «sierva».
La palabra «sierva» en este pasaje es muy importante, pues habla de ser una esclava, sin derechos de propiedad, completamente dispuesta a servir a su amo, en este caso, a Dios. María reconoce a Dios como Señor y Dios.
Por otro lado, ella reconoce que será llamada bienaventurada por la obra que Dios está haciendo y el cómo la está usando. La palabra «bienaventurada» expresa felicidad, que no depende de las circunstancias, sino por la obra de Dios y en favor del ser humano.
Por último, pero no menos importante, María nos recuerda el carácter de Dios: Él es poderoso, misericordioso y bondadoso.
A demás, expresa que el nombre de Dios es Santo (vv. 49-50).
Gloria a Dios por el corazón de María, un modelo de vida que nos enseña a tener una adoración centrada en la grandeza de Dios y en Su gracia inmerecida.
Pregúntate hoy, ¿he reconocido con humildad lo que Dios ha hecho por mí?
¿De qué manera puedo glorificar y adorar hoy a Aquel que me dio la vida?
Señor, dame un corazón humilde para agradecer y exaltar tu obra de gracia en mi vida por medio de Jesucristo. Amén

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